En el campo de la medicina tradicional, la arcilla era muy utilizada antes de la industrialización debido a sus propiedades curativas y su disponibilidad. Se aplicaba en diversas formas para tratar una amplia variedad de patologías.
La arcilla se utilizaba en forma de cataplasmas y emplastos para tratar problemas de la piel, como heridas, quemaduras, picaduras de insectos, erupciones y úlceras. Es sabido que la arcilla tiene propiedades desinfectantes y antiinflamatorias, ayuda a limpiar las heridas, alivia el dolor y, por si fuera poco, es cicatrizante.
También se utilizaba para tratar problemas gastrointestinales. La arcilla se consume internamente en forma de bebidas o mezclada con alimentos para aliviar la acidez estomacal, la indigestión y los trastornos gastrointestinales como la diarrea. La arcilla absorbe las toxinas así como las radiaciones nocivas aliviando los síntomas no deseados.
Además, se aplicaba en forma de vendajes o compresas de arcilla para tratar afecciones como los hematomas, las contusiones, la artritis y el dolor muscular. Entre las propiedades de la arcilla encontramos las analgésicas y antiinflamatorias, ayudando a reducir la inflamación y aliviando el dolor en estas áreas.
La arcilla también se utilizaba en tratamientos de desintoxicación y purificación, absorbe las toxinas y metales pesados del cuerpo y ayuda a limpiar el organismo.
La arcilla y la medicina industrial
Es importante destacar que estos usos de la arcilla en la medicina tradicional se basan en el conocimiento empírico y las prácticas ancestrales avaladas por la experiencia de millones de personas a través de los siglos. Con la industrialización y la corta experiencia de la medicina moderna, el enfoque médico ha cambiado bruscamente y se han desarrollado tratamientos y medicamentos estandarizados en los que los efectos adversos son comunes y en la que lo único que importa es el máximo beneficio. Por si fuera poco, los médicos administran medicamentos indiscriminadamente convirtiéndose en los nuevos técnico comerciales de la industria farmacéutica.
Por eso, la arcilla sigue siendo valorada en la medicina natural y se utiliza en algunas terapias complementarias y como ingrediente en productos naturales.
